30 de septiembre de 2011

SOLO ESO



Música "By your Side" de Sade para acompañar esta lectura. 
Abajo el enlace
Solo queda fundirnos en un beso
y en el deseo de sentirnos a medias en todo
solo queda esperar un adiós
de repente se cambia, se establece
busco entre las estrellas de mis días
razones, reflexiones,
desafíos que se perpetúan anunciando la llegada
de mi incontrolable deseo de estar y de amanecer en tu refugio
que durante muchas lunas nos abrazó 
y ahora más que nunca.

“Tienes razón cuando te equivocas”
y también cuando me equivoco entre labios, piernas y ombligo
también nos equivocamos cuando a través de un murmullo
que rompe el silencio de mis días
y nos dejamos llevar por la razón del Quijote.

“Con solo llorar el corazón descansa”
pues… descansa de tu inesperada y segura razón de amarme a tu manera
descansa del afán de saberte amando(me)
descansa de la insostenible frecuencia de tus besos
descansa de nada

Solo queda seguir con mi constancia de los días… uno tras otro
solo queda desnudarme ante un espejo que descubre tus labios en la distancia
solo queda la mirada esparcida por los cuatro vientos
solo queda esperar el día
recibir de lleno el abrazo furtivo que sigues dando
mirar de un lado y del otro y atravesarnos
respirarnos, humedecernos, respirarnos, contagiarnos…respirarnos
solo queda bailarnos de mil formas
mientras la canción del día entona en tu oído
el inmortal festejo de tus nostalgias.

IG/2005
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Enlace:  
http://www.youtube.com/watch?v=C8QJmI_V3j4&feature=artistob&playnext=1&list=TLZm_oVk0pfUA

Traducción:
¿Crees que me alejaré de tu lado?
Me conoces mejor que eso
¿Crees que te abandonaré cuando tú estés arrodillado?
No haría eso

Te haría el bien, cuando tu lo hicieras mal
- - - - - - ohh ohh

Si solo pudieras ver dentro de mi

Oh, cuando tengas frío,
Yo estaré ahí para abrazarte muy cerca de mi
Cuando estés fuera y no puedas entrar
Te enseñaré, eres mejor de lo que sabes
Cuando te pierdas, cuando estés solo y no puedas regresar
Te encontraré cariño, te llevaré de vuelta a casa

Si quieres llorar
Yo estaré aquí para secar tus ojos
Y en poco tiempo estarás mejor

Si crees que dejaría tu lado
Me conoces mejor que eso
Crees que te abandonaré cuando estés arrodillado

No haría eso

Te haría el bien, cuando tu lo hicieras mal
- - - - - - ohh ohh

Si solo pudieras ver dentro de mi
Oh cuando tengas frío
Estaré ahí
Para abrazarte fuerte
Oh cuando estés solo,
Estaré a tu lado nene
 

27 de septiembre de 2011

ACTITUDES Y APTITUDES SIMILAR AL ODIO

...Y tal para cual
¿para ti qué es la mentira?
¿es aquello que te opone?
ya entendí por qué se conjugan y se unen
como el cóncavo y convexo
cuerpos mediocres e inertes de belleza
defendiendo lo indefendible

Antes que nada, para llegar a la mentira
se debe batallar con varias verdades y a partir de allí bombardéame si gustas…
¿lo sabes?

Debe ser muy hostil tener que llamarse igual
a un pasado que dejó frutos para siempre.
pretender igualarse ante unos hechos
no tiene cabida, no tiene forma ni nombre
quédate allí, quiet@
mientras levante el polvo tu cabeza

¿Madurez?
dependerá del tiempo, nadie lo determina
quizá sólo tu ego que impulsa la novela que criticas
y que sigues detrás de una rendija como una "yena".

Niñ@ sant@ e inmaculad@
no abras caminos desconocidos
nadie es correcto como “sabiamente” te das cuenta
igual luchamos por un mundo que no deje secuelas 
del infortunio 
que tu ni yo sabemos certeramente
a tu modo y a mi modo 

Mándame a la OTAN por pecadora entonces
aquí te esperaré

Date cuenta y voltea…

20 de septiembre de 2011

Gabriel García Márquez sobre el 11 de septiembre

¿Cómo se siente? ¿Cómo se siente ver que el horror estalla en tu patio y no en el living del vecino? ¿Cómo se siente el miedo apretando tu pecho, el pánico que provocan el ruido ensordecedor, las llamas sin control, los edificios que se derrumban, ese terrible olor que se mete hasta el fondo en los pulmones, los ojos de los inocentes que caminan cubiertos de sangre y polvo?
¿Cómo se vive por un día en tu propia casa la incertidumbre de lo que va a pasar? ¿Cómo se sale del estado de shock? En estado de shock caminaban el 6 de agosto de 1945 los sobrevivientes de Hiroshima. Nada quedaba en pie en la ciudad luego que el artillero norteamericano del Enola Gay dejara caer la bomba. En pocos segundos habían muerto 80.000 hombres mujeres y niños. Otros 250.000 morirían en los años siguientes, a causa de las radiaciones. Pero ésa era una guerra lejana y ni siquiera existía la televisión.
 

¿Cómo se siente hoy el horror cuando las terribles imágenes de la televisión te dicen que lo ocurrido el fatídico 11 de septiembre no pasó en una tierra lejana sino en tu propia patria? Otro 11 de setiembre, pero de 28 años atrás, había muerto un presidente de nombre Salvador Allende, resistiendo un golpe de Estado que tus gobernantes habían planeado. También fueron tiempos de horror, pero eso pasaba muy lejos de tu frontera, en una ignota republiqueta sudamericana. Las republiquetas estaban en tu patio trasero y nunca te preocupaste mucho cuando tus marines salían a sangre y fuego a imponer sus puntos de vista.
 

¿Sabías que, entre 1824 y 1994, tu país llevó a cabo 73 invasiones a países de América Latina? Las víctimas fueron Puerto Rico, México, Nicaragua, Panamá, Haití, Colombia, Cuba, Honduras, República Dominicana, Islas Vírgenes, El Salvador, Guatemala y Granada.
 

Hace casi un siglo que tus gobernantes están en guerra. Desde el comienzo del siglo XX, casi no hubo una guerra en el mundo en que la gente de tu Pentágono no hubiera participado. Claro, las bombas siempre explotaron fuera de tu territorio, con excepción de Pearl Harbor cuando la aviación japonesa bombardeó la Séptima Flota en 1941. Pero siempre el horror estuvo lejos.
 

Cuando las Torres Gemelas se vinieron abajo en medio del polvo, cuando viste las imágenes por televisión o escuchaste los gritos porque estabas esa mañana en Manhattan, ¿pensaste por un segundo en lo que sintieron los campesinos de Vietnam durante muchos años? En Manhattan, la gente caía desde las alturas de los rascacielos como trágicas marionetas. En Vietnam, la gente daba alaridos porque el napalm seguía quemando la carne por mucho tiempo y la muerte era espantosa, tanto como las de quienes caían en un salto desesperado al vacío.
 

Tu aviación no dejó una fábrica en pie ni un puente sin destruir en Yugoslavia. En Irak fueron 500.000 los muertos. Medio millón de almas se llevó la Operación Tormenta del Desierto... ¿Cuánta gente desangrada en lugares tan exóticos y lejanos como Vietnam, Irak, Irán, Afganistán, Libia, Angola, Somalia, Congo, Nicaragua, Dominicana, Camboya, Yugoslavia, Sudán, y una lista interminable? En todos esos lugares los proyectiles habían sido fabricados en factorías de tu país, y eran apuntados por tus muchachos, por gente pagada por tu Departamento de Estado, y sólo para que tú pudieras seguir gozando de la forma de vida americana.
 

Hace casi un siglo que tu país está en guerra con todo el mundo. Curiosamente, tus gobernantes lanzan los jinetes del Apocalipsis en nombre de la libertad y de la democracia. Pero debes saber que, para muchos pueblos del mundo (en este planeta donde cada día mueren 24.000 pobladores por hambre o enfermedades, curables), Estados Unidos no representa la libertad sino un enemigo lejano y terrible que sólo siembra guerra, hambre, miedo y destrucción. Siempre han sido conflictos bélicos lejanos para ti, pero para quienes viven allá es una dolorosa realidad cercana, una guerra donde los edificios se desploman bajo las bombas y donde esa gente encuentra una muerte horrible. Y las víctimas han sido, en el 90 por ciento, civiles, mujeres, ancianos, niños, efectos colaterales.
¿Qué se siente cuando el horror golpea a tu puerta, aunque sea por un solo día? ¿Qué se piensa cuando las víctimas en Nueva York son secretarias, operadores de bolsa o empleados de limpieza que pagaban puntualmente sus impuestos y nunca mataron una mosca?
 

¿Cómo se siente el miedo? ¿Cómo se siente, yanqui, saber que la larga guerra, finalmente, el 11 de septiembre llegó a tu casa?

Gabriel García Márquez

16 de septiembre de 2011

LA JUSTA CÓLERA (PARTE I)


Desde pequeñas nos dicen: “Si no lo has probado no digas que no te gusta”. Esta frase la relaciono con el hecho de pasarnos la vida sin probar momentos de otro, sin vivir los contextos de otro, sin mirar a través de los ojos de otro, sin preguntar ni siquiera un “por qué” actúa, miente, ríe, canta, llora de una manera o de otra, sino que nos volvemos inquisidoras de verdades ajenas, sacerdotisas de juzgar y perdonar pecados de los cuales no somos dueñas.

Siento decirlo, pero me conmueve mucho y me solidarizo de aquellas quienes continúan alimentándose los egos que no llevarán a nada para luego redimirse con recuerdos y miserias de su pasado. Ya pasará el tiempo, y es él quien, definitivamente, juega con nuestras vendas. Papi siempre me decía: “Dale tiempo al tiempo, ya verás que todo se demuestra sin tu mover un dedo”. Bueno, la verdad es que tenía muchas razones para decir y confirmar esa frase. Somos testigos de acciones que luego se desvanecen en la memoria. 

Es hora que destapemos el frasco de los sentimientos, de los pensares con aciertos y desaciertos. No merecemos llegar a una cólera mal sana que encomiende nuestras hermosas palabras, que quizás para algunos sean caprichosas, pero llenas de amor.

Quiero acompañar estas reflexiones con un capítulo del libro “Mujeres que corren con lobos” que no es más que una reconciliación hacia nuestra identidad, hacia nuestras maneras de manifestarnos a pesar de ser agredidas, a veces e injustamente, entre homólogas.

Es la “Justa Cólera” la que nos debería unir en su justo momento. Aquí esperaré. Mientras tanto, agradezcamos palabras ofensivas y hasta regañonas. Quienes no cometemos daños a terceros es porque, antes de esgrimir cualquier calificativo, empezamos por nosotras mismas, pero para el crecimiento y la MADUREZ que asumamos y que sin duda alguna, llega tarde o temprano.  Pero aquí, levantada como todos los días, como siempre y para siempre, seguimos en la lucha: reventando corazones con el canto que nos acompaña.

Les dedico esta canción a mis queridas mujeres que gritan y se equivocan acertadamente!!!
http://www.youtube.com/watch?v=n79LFcX19Gw&feature=related
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LA JUSTA CÓLERA. 

El hecho de ofrecer la otra mejilla, es decir, de guardar silencio en presencia de la injusticia o de los malos tratos, se tiene que sopesar cuidadosamente.
 
Una cosa es utilizar la resistencia pasiva como herramienta política tal como Gandhi enseñó a hacer a las masas, y otra muy distinta que se anime u obligue a las mujeres a guardar silencio para poder sobrevivir a una situación insoportable de corrupción o de injusto poder en la familia, la comunidad o el mundo. Las mujeres sufren la amputación de la naturaleza salvaje y su silencio no obedece a la serenidad sino que es una enorme defensa para evitar unos daños. Se equivocan quienes piensan que el hecho de que una mujer guarde silencio significa siempre que ésta aprueba la vida tal como es.
 
Hay veces en que resulta absolutamente necesario dar rienda suelta a una cólera capaz de sacudir el cielo. Hay un momento —aunque tales ocasiones no abunden demasiado, siempre hay un momento— en que una tiene que soltar toda la artillería que lleva dentro. Y debe hacerlo en respuesta a una grave ofensa, una ofensa muy grande contra el alma o el espíritu. Una tiene que haber probado primero todos los medios razonables para que se produzca un cambio. Cuando todo falla, hemos de elegir el momento más adecuado. Existe sin duda un momento apropiado para desencadenar toda la cólera que la mujer lleva dentro.
 
Cuando las mujeres prestan atención al yo instintivo..., saben que ha llegado la hora. Lo saben intuitivamente y obran en consecuencia. Y es justo que lo hagan.

 Libro: Mujeres que corren con lobos
Autora: Clarissa Pinkola



11 de septiembre de 2011

OXÍGENO PARA AMAR EN SOCIEDAD


En pleno siglo XXI encontramos seres que intenta vivir a diario una mentira auspiciada por la insensatez de una sociedad absurda, cruel, vacía y con valores que se enseñan pero, sin embargo, cuesta mucho llevarlos a la práctica.

Si desde pequeños nos hubiesen mostrado la verdadera tolerancia hacia lo “diferente” de todo aquello que percibimos desde nuestras concepciones, juraría, aunque sea en vano, o tentando al pecado, que las guerras internas y/o individuales no arrastrarían a personas inocentes. Peco por concluir que dichas guerras  es el reflejo, a gran escala, de las carencias que ocasionan las grandes batallas que a lo largo de la historia se han llevado a cabo en nuestro preciado mundo. Todo empieza y termina por dos  conceptos: Amor y paz. 

Nunca sabemos qué tan diferentes y tolerantes somos hasta que nos toca.  Eso sí! Cada quien desde su trinchera. 

Más allá del olvido, del perdón y de las reflexiones que trae consigo el tiempo, la ¿madurez?*, la historia que narraré a continuación, encarna sobre los cuellos de quienes se atraviesan, sin querer y sin pedir permisos, en cada una de nuestras vidas. Es la historia de un par de seres en plana edad de la “experimentación” hormonal quienes se sumergen bajo el sentimiento que los acobijó tiernamente. Sólo deténganse un momento para escuchar la siguiente canción, reflejo de lo que fueron y de lo que son:  

http://www.youtube.com/watch?v=53ith7bNN8w (Abajo, si gusta, la traducción)


MÁS ALLÁ DEL AMOR Y DEL PERDÓN

Fue una noche de Julio, hace unos tantos años, dos miradas se tropiezan cuando buscaban otra salida.
Un encuentro de jóvenes, inquietos en calmar las ansias que cada uno traía desde sus hogares, inclusive, en el amor, dio inicio a una historia que duró muchos años en establecerse y muy pocos en romperse.
Juan, chico brillante y talentoso con la agudeza y la agilidad del discurso que un buen abogado debe tener. Carmelita, romanticona y ultrosa - “pero bellísima y tierna”- dictaminó Juan ante aquella mirada lejana que se engarzaba por los poros de una piel aun virgen.

Pertenecían a un grupo católico, debían dormir todos juntos en cuartos separados – porque la Ley de Dios así lo impone y porque el amor sólo se practica para procrear – comentaba el padre, con su respectiva y acostumbrada mirada inquisidora y, a la vez, sádica. Sin embargo, eso no pudo frenar la estampida de descubrimientos que a través de los besos furtivos llegaran a saborear cualquier boca. Ni siquiera, un manguito bocao sabía tan rico y tan sublime como fueron esos primeros mimos que se dieran los labios de aquellos efebos.  

Pasados apenas unos días, ya todos los compañeros, amigos y familias sabían y comentaban de este par. Ese muchacho se ve fundamentoso, – comentaba la abuela - buen mozo y es estudiado que es lo más importante Carmelita; ahora usted tiene que estudiar algo que le dé dinero suficiente para ser ¿FELIZ? –cerró la abuelita con esa “sabio” consejo.

Y así fue, Carmelita cumplió con tooooooda la sociedad y sus principios, costumbres, manuales, valores, ética y vaya usted a parar qué otra cosa más hay que hacerle el respectivo check list para ser una mujer ¿educada?*. Carmelita, sólo quería vivir, en libertad, el amor que en libertad escogieron, ambos, sin ataduras ni estudios, ni etiquetas, ni sonrisas mal habidas por doquier… sólo se vieron y eso bastó.

Por su parte, Juan, caballero y con un romanticismo que sólo Carmelita le despertaba, pensaba en una cosa, en una sola ¿confusión?*

Durante 10 años Juan y Carmelita seguían experimentándose mediante rupturas y hermosas e inolvidables reconciliaciones. 

A propósito de esa palabra “experimentar” Carmelita y Juan no paraban de hacerlo, pero cada quien por separado y con un terrible miedo. Ella sospechaba y él también. Sin embargo se casaron ¿felizmente?*. Carmelita tuvo el matrimonio que siempre quiso, mientras Juan, vio a Carmelita feliz, como siempre quiso.

Ya en un hogar, dispuestos a sufragar la relación tan admirada por todos, luego de dos años de casados, entre miradas, preguntas sin responder, sin predecir cualquier cosa que pudiera pasar por una cabecita como la de Carmelita, no tuvo otra opción que aceptarlo.

Actualmente Juan está en un país lejano, con Alberto, quien lo llenaría de su verdadera libertad y otras tantas. Carmelita con hijos también llena de libertades, y también, otras tantas que anda buscando. 

Más allá del amor y del perdón, Juan y Carmelita siguen siendo íntimos amigos y comparten, entre ellos, una relación más libre que nunca. Ambos, cuando se sumergen en el pensamiento de cada uno y de ese primer encuentro, elevan una canción que por siempre los reunirá.

Salud por ellos!!

Canción de Carmelita y Juan.
http://www.youtube.com/watch?v=IKCZ23pbFrA

*Sentido irónico del concepto en su contexto

Traducción al español de Unforgettable

Inolvidable, eso es lo que eres
inolvidable, estés lejos o cerca
como una canción de amor que se aferra a mí
¿cómo pensar en ti me hace cosas que
nunca nadie había logrado antes?

Inolvidable en cada forma

y para siempre, así te quedarás
es por eso, querida, que es increíble
que alguien tan inolvidable
piense que yo soy inolvidable también

1 de septiembre de 2011

MI REVOLUCIÓN EN TÍ

Destruyo el ocaso que una vez te perteneció
y tú
sin saberlo, sin darte cuenta
sigues naufragando en mí
¿Por qué insistes en dañar los espacios 
que por suerte te han tocado?
A tus demonios 
deberías llamarlos
pero a cada uno por su nombre
quizás recrudezca tus pocas ansias
de enfrentar cara a cara al amor
Sí!
al amor que te persigue
al amor que te suplica
al amor que asesinas silentemente
sin piedad!
¿Sabes?
La absolución llegará
y ese día tu mundo 
se manifestará mediante una fiesta 
payasos con caretas de inciertos
Para ese entonces
ya estaré lamiendo mis heridas
y caminaré 
hacia el mismo ocaso
que una vez fue todo
y lo es.
Mayo 2006