6 de noviembre de 2013

Una mañana perfecta...


Se asoma una mañana perfecta 
siete campanadas que envuelven tus soles hechiceros 
y al lecho que nos acunó como celestina
Solo con tu imprudente forma de abordar mi boca
la espesa neblina cubre las miradas de montañas sonrojadas.
No hay manera de removerme 
No hay razones para respirarte sin la necesidad eterna 
de un escalón a mi cielo, quieto, momentáneo, dulce y anejo.
Me condeno no morder toda tu estatura
con la misma fuerza que el cóncavo se libera para tomarte.
Es una ironía ésta,
pero tu sensatez hacia mis sentidos se sondea cuando llegaste de paraulata sorpresa .
Veo los años transcurridos como un juego de obstáculos
y agradezco culminarnos con besos escritos sobre la naturaleza de sabernos siempre.
Tú, figura hecha de candil mariposas.
Ahora, toma con tus firmes dedos oriundos europeos
la pluma que nos atrapó y que te mece en mi cintura
sin dejar escapar una sola letra que no sea cónsona y viviente
de una mañana perfecta.